Artículo de Andrea Tornielli en Vatican Insider, Ene-16-2012, en el cual toca el tema de los posibles sucesores del Prefecto de la CDF.
01/16/2012
Santo Oficio; una silla para tres
El nombramiento del sucesor del cardenal Levada se mueve para abril. Ningún italiano a la vista. Además del nombre del alemán Müller, surge el del francés Ricard. Pero se considera también la candidatura de un anglófono
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
La próxima semana se reunirá en el palacio del Santo Oficio la plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y casi todos imaginaban que inmediatamente después habría sido anunciado el sucesor del cardenal William Levada, desde 2005 Prefecto del dicasterio doctrinal, que antes se conocía como “la Suprema”. Los tiempos , en cambio, parecen destinados a alargarse. Benedicto XVI quiere decidir con calma, examinando todas las hipótesis en la mesa con extrema atención.
Queda en pie, sobre todo, la candidatura del obispo de Regensburg, Gerhard Ludwig Müller, de 64 años, que fue miembro de la Congregación; se trata de un teólogo conocido y estimado por el Papa Ratzinger en persona, quien le convocó sopresivamente a Roma hace pocos días para hablar de su futura responsabilidad en la Curia. En el caso de que no fuera él el dirigente del dicasterio, el religioso alemán podría ser nombrado Bibliotecario de Santa Romana Iglesia, en lugar del cardenal Raffaele Farina, y recibir la púrpura en un próximo consistorio.
Otro candidato que se tiene en cuenta es Jean-Pierre Bernard Ricard, de 67 años, arzobispo de Bordeaux y que también había sido miembro de la Congregación. En ambos casos se trataría de obispos diocesanos que conocen muy bien los mecanismos del ex Santo Oficio. Pero, además de estos dos nombres, el Papa también considera la posibilidad de nombrar a un Prefecto anglófono, siguiendo la tradición que comenzó con el estadounidense Levada. El motivo de esta solución habría que buscarlo en la nueva función de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se encargó a fines de 2009 de la publicación de la constitución apostólica “Anglicanorum coetibus”, que prevé la posibilidad de instituir ordinariados anglo-católicos para recibir en la comunión con Roma no solo a sacerdotes o obispos, sino a comunidades anglicanas completas.
En la curia romana hay un anglófono que trabajó en la Congregación para la Doctrina de la Fe, es el secretario del dicasterio para el Culto Divino, el arzobispo estadounidense Joseph Augustine Di Noia. Dominico, de 68 años, fue subsecretario del ex Santo Oficio de 2002 a 2009, es decir que estuvo trabajando durante tres años con el entonces cardenal Joseph Ratzinger. Pero es probable que al considerar a los posibles candidatos que provienen de países de lengua inglesa se evalúen diferentes posibilidades. No tiene ninguna consistencia, en cambio, la candidatura del cardenal salesiano Angelo Amato, actual prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, que había sido secretario del ex Santo Oficio y que cumplirá 74 años en junio de 2012.
La elección del “nuevo guardián de la ortodoxia” es un dossier que el Papa gestiona personalmente, sabe la delicadeza de la cuestión, pues dirigió durante más de dos décadas “La Suprema”, que Pablo VI quiso reformar poniendo énfasis, además de la vigilancia, en la tarea de la promoción de la fe. El año que acaba de empezar será muy importante al respecto, por las celebraciones de los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica y por los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II. El nombramiento del sucesor del cardenal levada es delicado y decisivo. Y Benedicto XVI no quiere apresurarse.