“Es probable que vayan llegando normas sobre un mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano, la ordinaria y la extraordinaria”.
Que esta entrada sirva de servicio social: Por favor, necesitamos más información sobre estas palabras de Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, pronunciadas durante su visita al Seminario Mayor San José de La Plata, Argentina, con ocasión de los noventa años de su creación. De momento tomamos la información que proporciona Juventutem Argentina, Oct-18-2012. Para la citada frase de Mons. Ferrer Grenesche ir al final.
Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche visitó el Seminario de La Plata
Mons. Ferrer: “La Liturgia es de Dios, no de los hombres”
El subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, de visita en el Seminario Mayor San José de La Plata, con el marco de los noventa años de su creación, hizo un encendido llamado a cuidar la Liturgia, “que es de Dios, y no de los hombres. Una liturgia manufacturada no vale para nada, porque es cosa nuestra. Podrá ser muy bonita y divertida pero no es de Dios. Y ‘sin mí, no podéis hacer nada’, nos recuerda el Señor”.
Monseñor Ferrer llegó al Seminario acompañado por religiosas del Instituto Mater Dei, fundado en San Luis, por la Madre María Jesús Becerra, con el apoyo del entonces Obispo diocesano, Mons. Juan Rodolfo Laise. Y fue recibido por el Rector, P. Gabriel Delgado, los Superiores de la casa; personal directivo y docentes, y por el casi centenar de seminaristas de todo el país, que allí se forman. Con posterioridad a su exposición, presidió la Santa Misa; y luego compartió el almuerzo fraterno, al que se sumó el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baísi, a cargo temporalmente de la Arquidiócesis, por la participación de Mons. Héctor Aguer, en el sínodo sobre la Nueva Evangelización, que tiene lugar en Roma.
La formación litúrgica en el Seminario
El funcionario vaticano, quien fuera otro tiempo Rector del Seminario Mayor de Toledo, en España, alentó a los formadores y seminaristas a vivir apasionadamente la formación litúrgica en el Seminario, “que es la tarea más hermosa. Pues aquí, en gran medida, se juega el futuro de la Iglesia. Recuerden siempre lo que les pide el Papa, queridos seminaristas: lo más importante es la relación personal con Dios, en Jesucristo. ¡Hacen falta mártires; testigos auténticos del amor de Dios!”
Añadió, al respecto, que “hoy tenemos retos semejantes en distintos países del mundo. La globalización trajo legislaciones que se difunden en las diferentes naciones; y que atentan contra los fundamentos mismos de la civilización. Apuntan a la secularización y laicización de la sociedad. Y hay grupos bien interesados en destruir lo que se oponga a ello. Por ello, ven a la Iglesia como un peligro para su plan de dominación. Porque no busca acuerdos, a medio camino, entre la verdad y la mentira”
Exhortó, entonces, “a no convertirnos en llorones; y a no quedarnos al borde del camino para lamentarnos. Debemos retomar intensamente nuestra identidad, y la conversión interior; la vocación a la santidad y a la misión. Allí apunta la Nueva Evangelización”.
Aclaró, en este sentido, que “como bien nos lo enseña el Santo Padre, tenemos tres vías de evangelización: la ordinaria, en nuestras comunidades, con los fieles que están en la Iglesia; la misionera, allí donde no se conoce a Cristo, y la Nueva Evangelización, para todos aquellos que se alejaron o no viven, con intensidad, su práctica cristiana”.
Remarcó, igualmente, que “durante toda su vida como teólogo, con anterioridad a su elección como Sumo Pontífice, el Papa nos enseñó la centralidad de Dios en la liturgia. Y hoy nos insiste con su ejemplo de liturgo, en la actitud ante la liturgia. Es, principalmente, su modo de celebrar el que demuestra la centralidad de la liturgia en la vida de la Iglesia”.
Por ello, enfatizó, “celebrar los sagrados misterios es lo más importante en la vida de cualquier sacerdote, obispo y el propio Papa. Y, además, la forma en que el Santo Padre celebra se constituye en el modelo perfecto para toda la Iglesia”
“La liturgia no es teatro ni adorno”
En esa línea argumental aclaró que “en la liturgia el protagonismo no está en el Sacerdote, aunque sea el Papa. El centro no es el Papa; el centro es Dios. No se va ‘a ver al Papa’, sino al encuentro con el Señor, junto al Papa”
Ejemplificó, en consecuencia, que “la liturgia no es ni teatro ni un adorno a la acción pastoral. Es escuela de vida cristiana; es la cristificación de nuestra vida; es volvernos hacia Dios. Por eso es responsabilidad de los pastores del pueblo de Dios, como parte de su oficio de amor, cuidar de ella. Y eso comienza aquí, en el Seminario”.
Tras recordar varios documentos del Magisterio de la Iglesia, como la constitución Sacrosanctum Concilium, del Vaticano II; y La formación litúrgica en el Seminario, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y La formación espiritual en los Seminarios, de la Congregación para la Educación Católica, enfatizó que “la liturgia es escuela de fe y de vida cristiana, y debe impregnar toda la vida del Seminario. En ella convergen el Magisterio, la Biblia y los Sacramentos. Por eso, ya desde el Seminario, hay que vivir lo que la Iglesia nos pide el día de nuestra Ordenación: ‘imita lo que tratas. Y configura tu vida con el misterio de la Cruz del Señor’…”.
Mutuo enriquecimiento de formas del rito romano
Como conclusión, Mons. Ferrer exhortó a los seminaristas a fijarse en el modo en que celebraban la liturgia santos como San Juan, San Gregorio Magno, San Martín de Tours, San Felipe Neri, el Santo Cura de Ars, San Pío de Pietrelcina y San Josemaría Escrivá de Balaguer. “Todos ellos, y tantos otros, -subrayó- son muy buenos modelos a imitar”.
Al final, varios seminaristas le hicieron diferentes preguntas. Y, ante una consulta, destacó que “debe evitarse la improvisación. Frente a una duda, consultar siempre con el que más sabe. Y, obviamente, con el Obispo”.
Igualmente se le preguntó sobre expresiones de uno de los ceremonieros del Santo Padre, Mons. Guido Marini. Y sostuvo que “es probable que vayan llegando normas sobre un mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano, la ordinaria y la extraordinaria”.
D. Christian Viña
¿Cual es nuestro interés en esa específica expresión de Mons. Ferrer Grenesche?. Sencillo, como ahora se habla de una posible alteración actualización del Missale Romanum, la cual estaría lista para el verano de 2013, pues esa sería una confirmación indirecta del hecho.
Actualización Oct-21-2012: Juventutem Argentina ha proporcionado el audio completo de la conferencia de Mons. Ferrer. De la parte concreta, en la cual estamos interesados, esta es la transcripción de sus palabras (ir al Min 56:00)
Por lo que se refiere a ese mutuo enriquecimiento entre las dos formas del Rito romano, evidentemente habrá que esperar para cosas más concretas a normativas litúrgicas oficiales que irán posiblemente llegando. Por principio, el Papa ahí, no ha entrado directamente. Lo que se ha podido tal vez hacer es, en lo que está hoy por previsto como posibilidad, destacar aquellas que muestran más una continuidad entre las dos formas. Pero cosas más concretas, como podría ser alguna modificación en la presentación de los dones, o algún otro tipo de cambio dentro de la celebración, esto hay que esperar a que llegue el momento de unas normas nuevas, sea una nueva ordenación del Misal Romano, sea algún otro tipo de explicación; pero probablemente no llegaremos directamente a eso, sino que lo que empezaremos es por tener normas más claras a la hora de tomar opciones que el actual Misal Romano ofrece. En el Misal de Pablo VI, el actual Misal Romano, incluso en su tertia editio typica, pues muchas veces te encuentras con que puede hacerse así, así ó así. Hay cosas a elegir. Bueno, pues alo mejor llega un momento en que se dan unas directrices para decir: “Se puede elegir, pero lo que es lo propio es, en tal contexto, esto; en tal circunstancia, esto; y en tal otra esto”. Así, en relación a las diversas posibilidades de hacer en voz alta o voz baja la presentación de las ofrendas ó la elección de las plegarias eucarísticas, por ejemplo.